8/07/2007

bighavana.com, un proyecto pendiente (final)

no solo pretendíamos recorrer -alternativamente- los espacios, físicos y culturales, de la avejentada ciudad. también se ofrecerían servicios, desde el obligado hospedaje en casas particulares -daba lo mismo en miramar, playa, el vedado y centro habana- hasta la venta de cuadros de artistas callejeros, la promoción de músicos desconocidos y la entrega de flores en la capital, por cualquier motivo, fuera éste luctuoso o festivo, y siempre apoyados en el incipiente sector privado que, por la coyuntura geopolítica de los 90s, le fue autorizada la existencia.

recorrí la ciudad, como "un loco", al decir de mi amigo y partner, buscando y seleccionando el contenido y contactando a los potenciales proveedores. a diferencia de lo experimentado en otros proyectos, en éste sentí que no despertaba esa maldita conducta paranoica "típica" que padecen la mayoría de mis compatriotas cuando alguien viene y les habla de frente (paranoia que, por cierto, descubrí una vez fuera, que la padece la mayoría, no importa cuán lejos viva la vieja del comité, o que castro sea solo una "lejana" pesadilla). los que no tenían mucho que perder se arriesgaban , o al menos mostraban un vivo interés en estar; en el caso particular de los músicos, éstos, entusiasmados a veces en demasía, me entregaban copias de sus cds caseros, grabados en estudios clandestinos, pero casi siempre meritorios registros; los artistas plásticos cedían con facilidad copias digitales de sus cuadros. sin embargo, los dueños de los inmuebles lo pensaban hasta el cansancio y solo si se convencían de mi confiabilidad y seriedad (tan desfachatado era que a veces generaba el efecto contrario y no conseguía convencerlos) , entregaban una foto, una dirección; el eterno síndrome de la sospecha, la eterna delación al acecho, el temor que el mayoral les quitara lo único que en una sociedad destrozada se puede heredar: unos muros viejos y mohosos.

de las secciones, unas reseñas, contribución de francisco "franky" garcía gonzález.

Flores: Momento y pretexto se confabulan a favor de la elegancia y el detalle. Una vieja amistad a quien sorprender en agasajo. La muchacha con la que se comunica. Los familiares ausentes. Un amigo entrañable con el que ha develado sutiles experiencias. Momento y pretexto en que Bighavana se confabula en jardín y accede, aguarda, por la más exquisita de las entregas. Esa en que usted tiende su mano más allá del mar para exaltar pasiones, recuerdos...

Casas de alquiler: Si es de los que prefiere las sensaciones del calor familiar y el gusto por la vida en apariencias recogida, a la frialdad impersonal de la mayoría de los hoteles, Bighavana pone a su disposición ofertas de casas particulares en distintos barrios habaneros. La Habana Vieja con su encanto peculiar de arquitectura y sabor coloniales. La céntrica barriada de El Vedado, con sus construcciones típicas del periodo republicano. El retirado y reposado Miramar, último retiro urbanístico de la burguesía cubana. En fin, lo que usted desea y pueda constatar a través de nuestras imágenes. La Habana en Casas lo espera si es de los que saben elegir.

Guías: ¿Cómo y qué mueven a la Habana? A la Habana imperceptible en apariencias. Sumérjase en las muchas habanas que existen entrelazadas unas con otras. Conozca La Habana gay nocturna y lánguida, pero también agresiva y de cuidado. La Habana underground en la que conviven el rock y sus cultores, raperos y rastafaris. La Habana de chicas distintas, prestas a enamorarse mientras hacen compañías. La Habana afro de letra del año y caracoles que trazan palabras. La Habana que rinde su música, en rapto de la más sagrada de las ofrendas. La Habana. Tantas Habanas. El más habanero de los pregones: “¡vaya, tu guia pa’ andar la Habana aquí!”.

Música: La música cubana es cuento bastante viejo. Tan viejo, como que ya en los años treinta habían músicos cubanos que campeaban por New York y otros lugares. El danzón, el son y el mambo han sido géneros acogidos en las más disímiles regiones, llegando a influenciar en ritmos ajenos a nuestra música. Pero el cuento sigue, Benny More, Chucho Valdés, Compay Segundo, Los Van Van. Un buen cuento, sin dudas. Bueno y sin frenos, porque como reza cierta creencia “en Cuba músicos, peloteros y boxeadores se dan como la verdolaga”. Ramificada como esa planta rastrera, suculenta, la música cubana o bien vuelve la faz a sus raíces afro o al son primigenio o bien se proyecta pasando por el jazz y el rock hacia ritmos como el rap o el hip-hop. Ramificada y alternativa, fuente y surtidor son inagotables. Un cuento bastante viejo como el del azúcar, el de las mujeres, el de los peloteros. Una historia que no acaba en Buena Vista Social Club y que Bighavana abre a su exigencia.

Cuentos: Si usted es de los que piensa que aprenderá acerca de un país leyendo sus diarios, tenga cuidado. Los periódicos cubanos podrían despistar al más incrédulo. Pero si es de los que insiste en saber a toda costa, no se desanime. ¿Conoce algún otro lugar en el que la narrativa de ficción haga el trabajo sucio del periodismo y lo ponga al tanto de situaciones y tipos; de agonías y frágiles esperanzas; de verdades absolutas, relativas, endebles? Le prometemos que el cuento cubano actual es el drama de la calle; el minuto desgarrador apresado por el buen contar; los deseos, ¿o el único recurso?, de reir o frecuentar el abretesesamo del erotismo. Pues ya está en sobreaviso, disfrute la paradoja, negocie con la trascendencia, entérese y también juegue, sonría, asómbrese, erotícese, que ésto es a puro cuento, nada de diarios.

Artes Plásticas: Una isla. Una isla rodeada de mares como espejos en los que el fondo es retablo e ilusión. Una isla preñada del verde entrelazado con el amarillo, y el amarillo con el rojo, y el rojo con el azul, y el azul con el fuego, y el fuego de nuevo con el verde. Una isla de viejas fortalezas lamidas y fierros oxidados. Una isla amada por sitiadores de toda laya. Una isla de mujeres de abanicos fugases. Una isla vendible y vendida. Una isla. Ahí están la paleta y el ojo. Ahí la fiesta del color y el rictus amargo detrás del ultimo ron. Una isla en la que la mañana descorre la niebla. Una isla lienzo y caballete. Vendible. Vendida. Una isla.

2 comments:

parejanoverbal said...

sigo pensando que es un proyecto interesante que, de haber seguido, hoy luciria muy diferente, porque esa es la naturaleza de los proyectos, que van cambiando con las necesidades, las demandas, los que participan, los tiempos, etc. Sin embargo, tiene aun un aire de posible que me gusta. Y la escritura del Franky aun se mantiene leible, a pesar del tiempo.

luisc said...

también lo creo... nada parecido a lo que suele hacerse por allá.... pero bueno, esa vez no pudimos concretarlo.... quizá podamos hacer algo en algún momento...
abrazo fuerte.