7/24/2007

bighavana.com, un proyecto pendiente (ii)

uno de los textos mejor concebidos para el proyecto bighavana.com fue la guía gay a la habana. también firmado por franky, con esta guía se pretendía ofrecer al visitante un acercamiento inédito a un pujante y singular mundo underground que comenzaba a manifestarse en ciertos espacios públicos vinculados a la cultura y al turismo, aislados en apariencia, pero certeramente enlazados con esa perceptible sutileza que emana de la complicidad de los actores, los gestos y las sombras. los lugares citados hacen referencia a lo que era la movida gay habanera a principios del siglo xxi.

Guia Gay a La Habana, Año 2001 (inédita)

Sucede que usted es gay y quiere venirse a La Habana. Usted es gay y quizá su interés sea eso mismo: tomar el pulso de la vida homo en una ciudad decadente y pletórica, desquiciante y sabrosa que suele caer rendida ante cada visitante. Si ya nos estamos entendiendo, no debe perder de vista que llegará a un lugar donde no existen ni saunas, ni bares, ni discos, ni barrios gays. Jamás encontrará sitios en los que lumínicos y anuncios muestren la bandera del arcoiris tan parecida a la de Sudáfrica. La bandera convida, pero ésto es Cuba con todo lo que éso conlleva. Cuba, La Habana, es, aparte de la espera, el arte de la simulación. Un trasvestismo que trasciende las más insospechadas fronteras, gracias al cual casi nada es lo que parece, y aquí no hablamos de sexo.

Pero no se sienta confundido. La cosa es que La Habana lo ha asumido dentro de sus planes y coordenadas. Adelante. Una vez instalado, digamos que usted, gracias a los servicios de BIGHAVANA, ha preferido un cómodo alquiler en la céntrica barriada de El Vedado, a uno de los impersonales y poco privados hoteles de la zona. Instalado y avanzada la tarde, lo primero es irse al Malecón y ver cómo el mar se traga el sol entre los últimos azules. Una puesta de sol desde ese muro al borde del mar no debe desperdiciarse. Bienvenida la noche. Tome el primer taxi y pida al chofer que lo lleve hasta Coppelia y ya va casi de lleno a lo suyo. Allí, en la céntrica cuatro esquinas de L y 23, ha llegado a puerto seguro. El pulso gay ha comenzado a latir.

Coppelia es una acogedora instalación destinada a la venta de helados a la población. Su nombre esta inspirado en el famoso ballet del compositor francés Leo Delibes. Aquí se conocieron una tarde David y Diego, los personajes de Fresa y Chocolate. El resto de la historia tal vez la conozca. La instalación está franqueada, fuera y dentro, por una hermosa verja a la que se recuestan cientos de personas que observan a otras que pasean por las aceras bajo los árboles. Coppelia. La Catedral del helado. Cientos de personas contra las verjas. Otras que pasean. No necesita más. Usted lo ha descubierto, reconoce el ambiente: ropas, miradas, cuerpos, hombres y mujeres que no son, juego, simulación. Eso que se despliega antes sus ojos fascinados es La tendedera. Capte el aire de exhibición. ¿De dónde han salido tantos gays? Le aseguro que nadie lo sabe. Pero están ahí. No hace falta la bandera del arcoiris. Noche y variedad lo invitan al desfoque. Jóvenes vestidos a la última moda, algo impensable quizá para una plaza sitiada, pero ya le advertíamos: aquí el trasvestismo transgrede cualquier frontera. Ropas ceñidas que apresan encantos y mercancías. Chicas sospechosas de tan modernas y delicadas. Rubias y rubios, trigueñas y trigueños, mulatas, mulatos, fisiculturistas y lirios: fresa y chocolate, todo mezclado como decía Nicolás Guillén, nuestro poeta nacional que también sabia. Fasto. Alegría. La Habana rendida. La tendedera. Encanto. Mercancía. Usted decide.

Tiene en sus manos parte del pulso de la vida gay habanera. Una parte es bastante. La Catedral, ¿del helado nada más? Es, no es difícil darse cuenta, un lugar chic y de buen tono. A pesar de lo numerosa y festiva de la reunión, La tendedera no es representativa del entramado que puede abrirse a los ojos del visitante. Aquí pegan sus traseros contra los fierros gays selectos, selectivos. Muchos de ellos profesionales. No en balde Gutiérrez Alea colocó a su Diego, crítico de arte, en este coto de caza. El director también sabia. En La Tendedera coexisten el gay que lee a Vargas Llosa con el tímido iniciado que proviene de provincia, la mulata que imita a Tony Braxton con el fortachón que se ciñe de negro. Ambiente y buen gusto. Ha dado con un lugar recomendable. Actúe en consecuencia.

Pero La tendedera no es fin. Como todo punto de reunión deviene activo centro de información. En Coppelia usted puede ponerse al tanto de cuál es la dirección de la última fiesta. Esta, la de esta noche, a la que llegará en un auto antiguo que rueda gracias a la capacidad cubana para la simulación. Fiesta que lo recibirá en su Chevrolet cincuentaitantos, caja Volga, motor Toyota petrolero, acompañado o no, embarcado para Citárea, botero, chofer por medio. Barrio alejado. Pagar entrada. La Habana a sus pies.

Si no es noche de fiesta, y aun no ha trabado amistad o levantado a nadie, no debe preocuparse. La noche recién comienza. Quizá la suerte lo acompañe, y en el cine Yara, situado frente a Coppelia, estrenen o repongan, en la tanda de las doce, algún filme de Pedro Almodóvar que redoble el ambiente. ¿Almodóvar o la Cafetería de la Agencia Fiat? Bajando por la Calle L hasta Malecón hallará fácilmente la cafetería. El mismo ambiente. Trasiego de información. Boteros a las puertas de sus carros en espera de la carrera del último ligue o del último viaje, el mismo que usted espera de esta noche sin peligro, alegre, junto al mar.

¿Ha entendido? Pero pensemos que prefiere, además, gozar de la atmósfera culta de la ciudad. Volvamos a apelar a su suerte. Temporadas de ballet o de teatro. Vaya directo, hágase de una Cartelera. Le aseguramos que el ballet cubano clasifica entre los mejores. Tutú y sexos marcados. Pero usted es una persona culta y comunicativa. Le recomendamos Don Quijote o El Lago de los Cisnes o Coppelia, el de Delibes. Encontrará entendidos, le preguntarán la hora, le mirarán directo a los ojos, le pedirán fuego, querrán saber de su país. Las Brujas de Salem, Calígula y usted, que es un tipo culto y con suerte, ha comprendido que no hacen falta banderas de arcoiris, que en esta ciudad rendida y simuladora, más que todo, están prohibidas.

La tendedera, La Cafetería de la Fiat, La Habana culta. Recuerde, tiene en sus manos parte del pulso de la vida gay habanera. Pero existe otra Habana gay oculta, riesgosa, recomendable a medias, solo si es de los que disfruta del placer del riesgo. ¿Ha leído al mártir de la literatura cubana, y gay, Reinaldo Arenas? Si lo ha hecho, sabrá a lo que nos referimos. Antes que anochezca y El Color del Verano le darán algún norte. Otro tanto sucede con El Rey de La Habana y La Trilogía sucia de La Habana, obras de Pedro Juan Gutiérrez. Conocedor o no de esa zona de la literatura cubana seguirá teniendo entre sus dedos solo la punta de algunos cabos.

No resulta fácil a la literatura desbordar la realidad. Centro Habana. Parque de la Fraternidad. La divisa de la Revolución Francesa hace aguas. Vea el carnaval humano. Siéntese si quiere en uno de sus bancos. Una mujer y un hombre conversan dos bancos más a la derecha. Ella-él se renta barato, incluso en moneda nacional, habla de su trabajo, de las rondas de cada noche en la lucha por los “baros”, y eso se disfruta. No sabe hacer otra cosa. El-ella se queja de la provincia de donde viene aguardando por el tipo que le preguntará la hora. Harían una patética, pero no lo son. Ambos han estado presos. Puede ser interesante. La pareja conversa, y detrás de una jardinera, si goza de una visión aguda, adivinará cuerpos-trabazón. En este parque carenan, incluso, poetas, de esos que van tras la mano que reparte placer/navaja cerrada, pidiendo fuego, mirando a la braqueta, después de terminar sus cuartillas donde las palabras son dardos, abismos. Los poetas se enmascaran, y usted, ¿cómo hará desde su banco, justo ahora que alguien se le acerca? Ahora que es tarde, aunque esta ciudad parezca que no duerma.

De todas maneras por esta ruta también se llega a una discoteca particular. A una fiesta en los Jardines de la Polar y de la Tropical, cervecerías estatales, en cuyos jardines el estado permite cierta zona de tolerancia. O a unos de los shows de trasvestis que se ofrecen en el Restaurant Madrid. No faltará aquí el que suspire por lugares de pasadas glorias. Parque Lenin. El nombre del camarada convocó durante años sino al comunismo, sí a un falso paraíso de locas habaneras impúdicas y perseguidas. Pero eso eran otros tiempos, ya lo dijo Arenas quien se guareció entre sus árboles y soñó sus delirantes novelas sobre sus verdes prados. Olvídelo.

Similar en ambiente y calidad de público es el Parque Maceo, situado entre el Malecón y el Hospital Hermanos Amejeiras. Zona de encuentros como pocas. Aquí usted apreciará lances eróticos de todo tipo, repetimos, si es de los que sabe ver que no es lo mismo que mirar. Trasvestis y bugarrones pululan junto a locas escandalosas y pajeros. En este escenario se desarrolla más de una escena de la novela El Rey de la Habana. Y realmente el lugar da para éso y todavía mas. No lo olvide, solo recomendable para tipos que prefieran la marginalidad, la sociología y los negrones bien dotados y hampones. Si es de esos apúrese, creo ver que le hacen señas, allí, aquel mulato al pie de la estatua del otro mulato. Vaya, cuídese, es emocionante, no olvide los condones...y la billetera......Ay, negro, deja todo atrás y llévame al séptimo cielo, dice la letra de un rap.

Eso puede ser el Parque Maceo en épocas normales. Imagínelo en temporadas de carnavales. Entonces, si ya leyó, El Color del Verano, lo sentirá mejor. Si no, no le hará falta. Se lo aseguramos.

Imaginarse a Cuba sin sus playas debe ser poco menos que imposible para cualquier visitante. El mar le gusta a todo el mundo, incluso a los cubanos. A la salida del túnel de la bahía, en medio de un paisaje árido y agreste, se encuentra la Playa del Chivo. Visitada casi exclusivamente por gays y pescadores es un sitio increíblemente popular entre la población homosexual. El mar bate contra arrecifes y los cuerpos vibran bajo el sol en calidad de ofrendas doradas. Y siguiendo la ruta del este a menos de una hora de La Habana usted llegara a Santa Maria del Mar. En esta playa cualquiera puede indicarle como encontrar Mi Cayito. El mar lame las arenas infinitas hasta casi herir las retinas. Mi Cayito es –entre todos los lugares- uno de los sitios de reunión preferidos por los gays. Verano. Invierno. No importa la estación. Ya debe imaginarse. Dicen que las cenizas de Reinaldo Arenas fueron diseminadas en estas playas. Ese bello adolescente que las olas frescas perlaran su cuerpo, camina mar adentro sobre las mismas Arenas en las que descansa un mártir del que quizás nunca ha oído hablar, ni oirá hablar. ¿Lo ve? Si antes que el agua le moje la cintura vuelve la vista hasta donde usted lo mira, mano en vicera, será su premio de vuelta al corazón de La Habana.

Del lugar al ligue no hay distancia, ambas cosas son lo mismo. Puede prescindir de los lugares mencionados y lanzarse a cualquier baño público. Allí sobrarán candidatos, señas. Deje que lo lleven al matorral más cercano o al parque más oscuro. Partidos sobran y la inversión en espíritu y recurso es mínima, inversamente proporcional a los riesgos. Disfrute pues del cubanísimo “mama y vírate” y siga su camino, que para todo hay gente.

El ligue. El ligue está estrechamente vinculado al tipo de gay y quizá le sea útil para su orientación. Virgilio Piñera, otro de los paradigmas de la literatura gay cubana, se quejaba, en un artículo titulado “Sexualidad y Machismo”, de que el cubano se compone de mayor cantidad de carne que de espíritu. Por carne entendemos, naturalmente, lo sexual. El hombre proyecta sus caderas adelante, de manera que cruzar una calle se convierte en una provocación. Pues ese mismo sujeto que cruza la calle, es el que esta noche se le acerca en plena Habana, sobándose el miembro. Luego, si no repara en él, volverá los ojos mano en la portañuela. Si usted entendió, le seguirá. Es el tipo idóneo para el “mama y virate”. Lance ocasional en que no hay caricias, apenas palabras, ni un nuevo encuentro. Mirada y rapidez. A las antípodas de éste están los que se enamoran en el lobby de la Cinemateca. Personas que comparten inclinaciones, gustos. Una charla inteligente, complicidad de asombros. El espíritu primero, la carne después, nada nuevo tampoco. Virgilio Piñera era como estos últimos, pero vivía fascinado por los primeros.

Lo demás es predecible. Bugarrones que se ligan con lo más parecido a una mujer que encuentran: un trasvesti. Estos en el fondo buscan otra cosa. ¡Qué complicado!. El gay activo que se descoca por los tipos afeminados y andróginos. Tal para cual. Buen ligue, ¿no cree usted?. Basta con preguntarse la hora o encender un cigarro. El gay mercenario que se mete lo que sea. Capaz de ligarse lo mismo a un bugarrón que a un andrógino que a un trasvesti. En fin, ¿puede decirme la hora? ¿Puede prestarme un encendedor?....

Sucede que usted es gay y quiere venirse a La Habana... No lo olvide, primero la puesta de sol, tal vez el cañonazo de las nueve. Después sintonice su reloj.... un encendedor en el bolsillo, la billetera, tráigase condones y ojos bien abiertos, que aquí no hay banderitas de arcoiris. Todo mezclado. Chocolate. Fresa. Fresa. Chocolate.

6 comments:

parejanoverbal said...

esta ya, claro, un poco desorientada esta guia, pero la sigo encontrando muy sui generis, muy simpatica.

luisc said...

lo colgué porque, aunque ciertamente está desfazado o desactualizado, no deja de agradarme forma en que está compuesto... además, es parte de nuestra memoria compartida. ojalá pudiéramos actualizarlo.

Unknown said...

Silvia. Temprano, una mañana de Sábado, recibo la vista de un amigo, era muy temprano...demasiado para recibir buenas noticias... Venia a decirme que tenia puesta una COLA, el G2 en Caimito tenia una nueva MISIÓN SECRETA. Chequear a una dentista y dos niños, el objetivo joder a una familia, una mas y para eso podían llegar hasta invadir la privacidad de mi casa. Es por ello que con mucho dolor perdí este articulo escrito por Franky entre las llamas en el patio de mi casa, la hoguera fue grande y larga, porque teníamos muchas cosas que nos comprometian, para el G2 todo sirve cuando se trata de hacer su tarea. Hoy supe que Luima lo había traído, me dio mucho placer que se salvara, que todo el que quiera puede disfrutar de su lectura y reír con el talento de este otro buen amigo.

emiliano said...

luis: el texto es excelente; no solo da información, sino que acerca la vivencia... mis feliictaciones. Me voy a ver el film, Fresa y Chcolate...

Anonymous said...

Hola, muy interesante el articulo, felicitaciones desde Mexico!

Anonymous said...

Hey, I am checking this blog using the phone and this appears to be kind of odd. Thought you'd wish to know. This is a great write-up nevertheless, did not mess that up.

- David