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Guia Gay a La Habana, Año 2001 (inédita)
Sucede que usted es gay y quiere venirse a La Habana. Usted es gay y quizá su interés sea eso mismo: tomar el pulso de la vida homo en una ciudad decadente y pletórica, desquiciante y sabrosa que suele caer rendida ante cada visitante. Si ya nos estamos entendiendo, no debe perder de vista que llegará a un lugar donde no existen ni saunas, ni bares, ni discos, ni barrios gays. Jamás encontrará sitios en los que lumínicos y anuncios muestren la bandera del arcoiris tan parecida a la de Sudáfrica. La bandera convida, pero ésto es Cuba con todo lo que éso conlleva. Cuba, La Habana, es, aparte de la espera, el arte de la simulación. Un trasvestismo que trasciende las más insospechadas fronteras, gracias al cual casi nada es lo que parece, y aquí no hablamos de sexo.
Pero no se sienta confundido. La cosa es que La Habana lo ha asumido dentro de sus planes y coordenadas. Adelante. Una vez instalado, digamos que usted, gracias a los servicios de BIGHAVANA, ha preferido un cómodo alquiler en la céntrica barriada de El Vedado, a uno de los impersonales y poco privados hoteles de la zona. Instalado y avanzada la tarde, lo primero es irse al Malecón y ver cómo el mar se traga el sol entre los últimos azules. Una puesta de sol desde ese muro al borde del mar no debe desperdiciarse. Bienvenida la noche. Tome el primer taxi y pida al chofer que lo lleve hasta Coppelia y ya va casi de lleno a lo suyo. Allí, en la céntrica cuatro esquinas de L y 23, ha llegado a puerto seguro. El pulso gay ha comenzado a latir.
Coppelia es una acogedora instalación destinada a la venta de helados a la poblaci
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Tiene en sus manos parte del pulso de la vida gay habanera. Una parte es bastante. La Catedral, ¿del helado nada más? Es, no es difícil darse cuenta, un lugar chic y de buen tono. A pesar de lo numerosa y festiva de la reunión, La tendedera no es representativa del entramado que puede abrirse a los ojos del visitante. Aquí pegan sus traseros contra los fierros gays selectos, selectivos. Muchos de ellos profesionales. No en balde Gutiérrez Alea colocó a su Diego, crítico de arte, en este coto de caza. El director también sabia. En La Tendedera coexisten el gay que lee a Vargas Llosa con el tímido iniciado que proviene de provincia, la mulata que imita a Tony Braxton con el fortachón que se ciñe de negro. Ambiente y buen gusto. Ha dado con un lugar recomendable. Actúe en consecuencia.
Pero La tendedera no es fin. Como todo punto de reunión deviene activo centro de información. En Coppelia usted puede ponerse al tanto de cuál es la dirección de la última fiesta. Esta, la de esta noche, a la que llegará en un auto antiguo que rueda gracias a la capacidad cubana para la simulación. Fiesta que lo recibirá en su Chevrolet cincuentaitantos, caja Volga, motor Toyota petrolero, acompañado o no, embarcado para Citárea, botero, chofer por medio. Barrio alejado. Pagar entrada. La Habana a sus pies.
Si no es no
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¿Ha entendido? Pero pensemos que prefiere, además, gozar de la atmósfera culta de la ciudad. Volvamos a apelar a su suerte. Temporadas de ballet o de teatro. Vaya directo, hágase de una Cartelera. Le aseguramos que el ballet cubano clasifica entre los mejores. Tutú y sexos marcados. Pero usted es una persona culta y comunicativa. Le recomendamos Don Quijote o El Lago de los Cisnes o Coppelia, el de Delibes. Encontrará entendidos, le preguntarán la hora, le mirarán directo a los ojos, le pedirán fuego, querrán saber de su país. Las Brujas de Salem, Calígula y usted, que es un tipo culto y con suerte, ha comprendido que no hacen falta banderas de arcoiris, que en esta ciudad rendida y simuladora, más que todo, están prohibidas.
La tendedera, La Cafetería de la Fiat, La Habana culta. Recuerde, tiene en sus manos parte del pulso de la vida gay habanera. Pero existe otra Habana gay oculta, riesgosa, recomendable a medias, solo si es de los que disfruta del placer del riesgo. ¿Ha leído al mártir de la literatura cubana, y gay, Reinaldo Arenas? Si lo ha hecho, sabrá a lo que nos referimos. Antes que anochezca y El Color del Verano le darán algún norte. Otro tanto sucede con El Rey de La Habana y La Trilogía sucia de La Habana, obras de Pedro Juan Gutiérrez. Conocedor o no de esa zona de la literatura cubana seguirá teniendo entre sus dedos solo la punta de algunos cabos.
No resulta fácil a la literatura desbordar la realidad. Centro Habana. Parque de la Fraternidad. La divisa de la Revolución Francesa hace aguas. Vea el carnaval humano. Siéntese si quiere en uno de sus bancos. Una mujer y un hombre conversan dos bancos más a la derecha. Ella-él se renta barato, incluso en moneda nacional, habla de su trabajo, de las rondas de cada noche en la lucha por los “baros”, y eso se disfruta. No sabe hacer otra cosa. El-ella se queja de la provincia de donde viene aguardando por el tipo que le preguntará la hora. Harían una patética, pero no lo son. Ambos han estado presos. Puede ser interesante. La pareja conversa, y detrás de una jardinera, si goza de una visión aguda, adivinará cuerpos-trabazón. En este parque carenan, incluso, poetas, de esos que van tras la mano que reparte placer/navaja cerrada, pidiendo fuego, mirando a la braqueta, después de terminar sus cuartillas donde las palabras son dardos, abismos. Los poetas se enmascaran, y usted, ¿cómo hará desde su banco, justo ahora que alguien se le acerca? Ahora que es tarde, aunque esta ciudad parezca que no duerma.
De todas maneras por esta ruta también se llega a una discoteca particular. A una fiesta en los Jardines de la Polar y de la Tropical, cervecerías estatales, en cuyos jardines el estado permite cierta zona de tolerancia. O a unos de los shows de trasvestis que se ofrecen en el Restaurant Madrid. No faltará aquí el que suspire por lugares de pasadas glorias. Parque Lenin. El nombre del camarada convocó durante años sino al comunismo, sí a un falso paraíso de locas habaneras impúdicas y perseguidas. Pero eso eran otros tiempos, ya lo dijo Arenas quien se guareció entre sus árboles y soñó sus delirantes novelas sobre sus verdes prados. Olvídelo.
Similar en ambiente y calidad de público es el Parque Maceo, situado entre el Malecón y el Hospital Hermanos Amejeiras. Zona de encuentros como pocas. Aquí usted apreciará lances eróticos de todo tipo, repetimos, si es de los que sabe ver que no es lo mismo que mirar. Trasvestis y bugarrones pululan junto a locas escandalosas y pajeros. En este escenario se desarrolla más de una escena de la novela El Rey de la Habana. Y realmente el lugar da para éso y todavía mas. No lo olvide, solo recomendable para tipos que prefieran la marginalidad, la sociología y los negrones bien dotados y hampones. Si es de esos apúrese, creo ver que le hacen señas, allí, aquel mulato al pie de la estatua del otro mulato. Vaya, cuídese, es emocionante, no olvide los condones...y la billetera......Ay, negro, deja todo atrás y llévame al séptimo cielo, dice la letra de un rap.
Eso puede ser el Parque Maceo en épocas normales. Imagínelo en temporadas de carnavales. Entonces, si ya leyó, El Color del Verano, lo sentirá mejor. Si no, no le hará falta. Se lo aseguramos.
Imaginarse a Cuba sin sus playas debe ser poco menos que imposible para cualquier visitante. El mar le gusta
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Del lugar al ligue no hay distancia, ambas cosas son lo mismo. Puede prescindir de los lugares mencionados y lanzarse a cualquier baño público. Allí sobrarán candidatos, señas. Deje que lo lleven al matorral más cercano o al parque más oscuro. Partidos sobran y la inversión en espíritu y recurso es mínima, inversamente proporcional a los riesgos. Disfrute pues del cubanísimo “mama y vírate” y siga su camino, que para todo hay gente.
El ligue. El ligue está estrechamente vinculado al tipo de gay y quizá le sea útil para su orientación. Virgilio Piñera, otro de los paradigmas de la literatura gay cubana, se quejaba, en un artículo titulado “Sexualidad y Machismo”, de que el cubano se compone de ma
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Lo demás es predecible. Bugarrones que se ligan con lo más parecido a una mujer que encuentran: un trasvesti. Estos en el fondo buscan otra cosa. ¡Qué complicado!. El gay activo que se descoca por los tipos afeminados y andróginos. Tal para cual. Buen ligue, ¿no cree usted?. Basta con preguntarse la hora o encender un cigarro. El gay mercenario que se mete lo que sea. Capaz de ligarse lo mismo a un bugarrón que a un andrógino que a un trasvesti. En fin, ¿puede decirme la hora? ¿Puede prestarme un encendedor?....
Sucede que usted es gay y quiere venirse a La Habana... No lo olvide, primero la puesta de sol, tal vez el cañonazo de las nueve. Después sintonice su reloj.... un encendedor en el bolsillo, la billetera, tráigase condones y ojos bien abiertos, que aquí no hay banderitas de arcoiris. Todo mezclado. Chocolate. Fresa. Fresa. Chocolate.
6 comments:
esta ya, claro, un poco desorientada esta guia, pero la sigo encontrando muy sui generis, muy simpatica.
lo colgué porque, aunque ciertamente está desfazado o desactualizado, no deja de agradarme forma en que está compuesto... además, es parte de nuestra memoria compartida. ojalá pudiéramos actualizarlo.
Silvia. Temprano, una mañana de Sábado, recibo la vista de un amigo, era muy temprano...demasiado para recibir buenas noticias... Venia a decirme que tenia puesta una COLA, el G2 en Caimito tenia una nueva MISIÓN SECRETA. Chequear a una dentista y dos niños, el objetivo joder a una familia, una mas y para eso podían llegar hasta invadir la privacidad de mi casa. Es por ello que con mucho dolor perdí este articulo escrito por Franky entre las llamas en el patio de mi casa, la hoguera fue grande y larga, porque teníamos muchas cosas que nos comprometian, para el G2 todo sirve cuando se trata de hacer su tarea. Hoy supe que Luima lo había traído, me dio mucho placer que se salvara, que todo el que quiera puede disfrutar de su lectura y reír con el talento de este otro buen amigo.
luis: el texto es excelente; no solo da información, sino que acerca la vivencia... mis feliictaciones. Me voy a ver el film, Fresa y Chcolate...
Hola, muy interesante el articulo, felicitaciones desde Mexico!
Hey, I am checking this blog using the phone and this appears to be kind of odd. Thought you'd wish to know. This is a great write-up nevertheless, did not mess that up.
- David
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