a big hug to mocha

conozco a dos músicos excepcionales con el mismo nombre: omar hernández. uno de ellos fue el bajista que más me impresionó en los 80s y principios de los 90s - junto a manresa- hasta que desapareció del panorama insular tras largarse para eeuu (casualmente por el mariel) previo a la crisis de los balseros del año 94. el bajista omar hernández tocó en afrocuba y después creó su propia banda, llamada cuarto espacio, con la que se consagró en la escena del jazz, jazzrock, fusion y timbajazz (este último género, invento mio). la última vez que lo ví actuar fue en la clausura del festival internacional de guitarra de la habana, en la edición del 92. el otro omar que conozco, y del que me place mucho hablar/escribir, es "el mocha".

el mocha era un conocido de mi infancia, de mi barrio, sin embargo no éramos amigos. es más, ni tan siquiera era un tipo de mi agrado. el mocha aparentaba ser "un duro". físicamente fornido (lo sigue siendo), sobre él se murmuraba que era hasta violento, rumor que provenía de las broncas callejeras. de las pocas veces que interactuamos, casi siempre en un juego de beisbol, el tipo imponía un silencioso respeto cuando se paraba en el homeplate. de ésos años, no tengo nada más que añadir. después cada cual tomó su propio camino; yo a la universidad, él siguió en la calle, luchándola. sin embargo, había esuchado que el mocha le daba a los cueros y después supe que era habitualmente convocado a "toques", tanto de rumba, como de santos. algo nuevo se sumaba a su muy "respetable" fama: el tipo, además, era tremendo rumbero. ya en plena década del 90, tras mi último intento serio en ser músico, nos reencontramos el mocha y yo. lo hicimos tras la posible salida del kweyro del set de percusión de dacoda. entonces fue que conocí a omar "el mocha", como se le conoce "habanamente" y más allá. tocamos en muchos lugares, desandamos esa habana difícil que es la de los músicos, sin perder el aliento.

nuevamente nuestros caminos se separaron: yo volví a los estudios, postgrados, maestría, salida del país; el mocha puso un puesto de fritas en luyanó y de noche ha seguido tocando su música, a pesar de ser un joven abuelo, y ha conservado la bien ganada fama de ser uno de los mejores rumberos callejeros de la habana, desde "el canal" (cerro) hasta párraga. pero, por encima de todas sus virtudes, omar es un amigo fiel. felicidades, mi brother, en tu cumpleaños (ayer, 20 de agosto). te dejo con estas décimas que te dedicó nuestro kweyro:

A: Omar Hernández (El Mocha) por el Kweyro

Bum, bum, bum, el golpe llama,
membrana tiembla,
agrede
la mano que empuja y cede,
látigo que se derrama.
En cada compás la llama,
violenta es la voz del cuero.
Y es que nunca fue primero
tronco y piel,
sino el conjuro
del bum bum, llano y seguro.
Tambor tú ¡Oh tamborero!

(en la foto aparecen, de izquierda a derecha, pavel, libán "el kweyro", el mocha y celso, durante un receso mientras grababan el demo "hush", de libán)